El día 21 de abril cerró el proyecto FIC Regional de Tarapacá titulado Biotarapacá: Productos nutracéuticos de alto valor basados en microalgas: desde el desierto de Tarapacá al mercado mundial y que desde la Región del Biobío tuvo como colaboradores a los investigadores del Grupo Interdisciplinario de Biotecnología Marina (GIBMAR).
La colaboración se dio por medio de una invitación que se le hizo al equipo de GIBMAR para participar en un proyecto de Fondos para la Innovación y Competitividad (FIC), de la Región de la Tarapacá, liderado por la Universidad Arturo Prat que fue una propuesta de continuidad de un FIC anterior.
Debido a esta invitación, en el año 2020, GIBMAR comenzó a participar de este proyecto FIC Tarapacá principalmente a través de una prestación de servicios especializada además de una participación como investigadores asociados a dicho proyecto.
En palabras del Dr. en Oceanografía Química, Dr. Cristian Agurto, quien además es Director de GIBMAR el proyecto se resume de la siguiente forma:
"Este proyecto estuvo enfocado en ser un FIC Bio-Tarapacá, en donde se buscó agregar valor a la industria de microalgas que ya se encuentra establecida en la Región de Tarapacá y así generar productos nutraceúticos de mayor valor a partir de microalgas".
Dichos nutracéuticos son principalmente:
Según el Dr. Agurto, la tarea principal que tuvo GIBMAR como ente colaborador del proyecto liderado por la Universidad Arturo Prat fue principalmente optimizar los cultivos de las mencionadas microalgas:
"Básicamente lo que hicimos fue generar cápsulas nutraceúticas bajo las normas de la industria establecida. Y así de esta manera crear prototipos de cápsulas de nutracéuticos como los son el betacaroteno (extraído de Dunaliella salina), astaxantina y spirulina
Dichos nutracéuticos funcionan como suplementos alimentarios que poseen varios beneficios para la salud de las personas, principalmente funcionando como proteínas, como actores que permiten la mejora de la respuesta inmune y que en algunos casos traen consigo poderosos antioxidantes".
En términos generales las impresiones que se tuvo con respecto al proyecto por parte de los investigadores de GIBMAR y en particular el Dr. Agurto fueron bastante positivas, ya que se logró demostrar que se pueden manufacturar estos productos en nuestro país:
"En primer lugar creo que logramos producir acá en Concepción lo que normalmente en Chile se importa manufacturado, y todo bajo los estándares que exige la industria.
En segunda instancia creo que se logró demostrar que se puede agregar valor en productos finales, es decir, se evidenció que somos capaces de crear un producto final y no sólo exportar las materias primas a otros países.
Y finalmente creo que uno de los puntos más altos de nuestra participación en este proyecto fue el excelente trabajo conjunto que se logró realizar entre dos universidades que se encuentran bastante lejanas geográficamente, pero que demostraron que se puede trabajar de manera coordinada y sinérgica bajo un objetivo en común".
Junto a este cierre de proyecto es importante destacar el hecho de que ambas entidades lograron finalizar de gran manera el desafío asumido y es de esperar que en un futuro se continúen realizando investigaciones colaborativas para obtener mayores y mejores resultados que visibilicen la importancia del trabajo en equipo por parte de estas instituciones.
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