mayo 16, 2025
Este 2025, varios y varias profesionales de la Universidad de Concepción celebran una destacada trayectoria al servicio de la institución. En el caso del Centro de Biotecnología, sobresale la carrera de la Dra. Carolina Parra Fuentes, investigadora del Laboratorio de Recursos Renovables, quien este año cumple 25 años de compromiso con la UdeC.
¿Cómo fue su primer acercamiento a la Universidad de Concepción?
Mi primer acercamiento fue en 1983, cuando se realizó el primer congreso de estudiantes de bioquímica en la Universidad de Concepción. Quedé absolutamente maravillada por la belleza del campus.
Años más tarde, en 1994, regresé para explorar la posibilidad de iniciar un magíster. En esa ocasión, me recibió el Dr. Jaime Baeza, entonces director de la Escuela de Graduados UdeC, quien me animó a postular directamente al doctorado, dada la afinidad con mis intereses. Así, en 1995 comencé mis estudios de doctorado en ciencias ambientales bajo la tutoría del Dr. Jaime Rodríguez.
Desde entonces, me vinculé a la universidad a través de distintos contratos e investigaciones, hasta que en 2006 fui formalmente contratada como investigadora adscrita al Laboratorio de Recursos Renovables del Centro de Biotecnología.
Ese momento fue la concreción de un sueño. Había tenido experiencias en docencia, pero lo que realmente me apasionaba era la investigación. Esa vocación, que se mantiene intacta hasta hoy, se expresa tanto en el trabajo de laboratorio como en la formación de capital humano, dos aspectos que me siguen motivando profundamente.
¿Cómo ha sido su experiencia trabajando y siendo parte de la Universidad de Concepción?
Cuando uno está inmerso en la rutina, no siempre se detiene a reflexionar sobre el camino recorrido. A veces son otros quienes te hacen tomar conciencia del valor de las experiencias vividas y de las personas que han acompañado ese trayecto profesional.
Mi experiencia en la UdeC ha sido profundamente positiva. Siempre trabajé con entusiasmo, porque me gustaba lo que hacíamos. Veía cómo el laboratorio crecía, cómo se sumaban estudiantes e investigadores comprometidos, y cómo avanzábamos con numerosos proyectos. Creo que entre mis 30 y 50 años viví un desarrollo profesional enriquecedor.
Ese período marcó mi destino y el de muchas personas que tuve la oportunidad de formar, tanto en lo profesional como en lo humano.
¿Cuáles han sido los principales hitos de su paso por la UdeC?
El primer gran hito fue, sin duda, haber ingresado como profesional de investigación. Era un anhelo personal muy fuerte.
Otro momento importante fue poder desarrollar investigación con referentes científicos que admiro profundamente. De esas colaboraciones surgieron numerosos proyectos, entre ellos uno muy significativo: unInnova Región que realizamos junto a la Dra. Juanita Freer, enfocado en el uso de residuos agrícolas para la producción de bioetanol. Ese trabajo marcó el inicio de una línea de investigación sobre biocombustibles que definió buena parte de mi carrera.
A partir de ahí, exploramos otras áreas como el tratamiento de efluentes y residuos industriales, abordando temas ambientales y vinculándonos con la economía circular, línea en la que espero culminar mi vida profesional.
¿De qué manera la Universidad de Concepción ha formado parte de su vida?
Llegué a Concepción y a la UdeC sola, sin familia ni conocidos, con una mochila cargada de sueños y el deseo de ser investigadora. Aquí construí una red de amistades, formé mi familia y hasta logré que mis padres se trasladaran a vivir a esta ciudad.
La vida laboral ocupa una gran parte de nuestro tiempo, y tener la fortuna de contar con amistades sinceras dentro del entorno profesional ha hecho que esta experiencia sea aún más enriquecedora. La vida científica exige mucho tiempo en laboratorio, y lograr un equilibrio con la vida personal no siempre es fácil.
Estos años han sido intensos y muy formativos. Trabajar en un centro como el de Biotecnología te abre puertas: he podido viajar por el mundo, conocer instituciones y personas extraordinarias. Le tengo una gratitud inmensa a la universidad y al CB-UdeC por haberme permitido vivir una carrera tan plena y enriquecedora.
A 25 años de su ingreso formal a la UdeC, ¿cuáles son sus proyecciones para los próximos años?
Espero que todo lo que hemos construido continúe creciendo y consolidándose. Pienso que cuando llegue el momento de dejar mis funciones -a pesar de que aún me quedan varios desafíos por enfrentar antes de ello- extrañaré profundamente la vida científico-universitaria.
No será fácil desvincularme de una vocación que ha guiado tantos años de mi vida. Pero confío en que podré dejar nuevas huellas en lo que me resta de camino profesional, y que mi trabajo seguirá teniendo impacto en la formación de nuevas generaciones.
Una vida dedicada a la ciencia
Con 25 años de trayectoria en el Centro de Biotecnología, la Dra. Carolina Parra ha sido una figura clave en el impulso de la investigación con propósito. Más allá de su destacado rol como investigadora, ha sido mentora, colega, referente y una firme promotora de la sostenibilidad, la innovación y la formación de capital humano.
Su trabajo ha contribuido de manera sostenida al fortalecimiento de líneas estratégicas institucionales, impulsando la generación de conocimiento aplicado y la articulación de proyectos con alto impacto científico y tecnológico. Estos aportes no solo han posicionado al Centro de Biotecnología como un referente nacional e internacional, sino que continúan alimentando su proyección hacia nuevos desafíos y oportunidades.
agosto 22, 2025
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